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¡Maldita Razón!
Que envenena al hombre.

Que le quita la libertad,
aún para hacer el mal.
Le roba horas de dolor,
haciéndole fingir felicidad.

De Dios le hace dudar
y aún de la existencia misma.
Le muestra caminos de gloria,
donde ya el primer peldaño
es obscuro vacilante e incierto.

¡Maldita Razón!
Que turbas la mente.
Quien fuera nube para viajar
el mundo entero.

Y sin Razón,
dejarse llevar del viento
y llover en llanto tormentoso
para luego en el mar, reír.

Reír a carcajadas, en la alegre
espuma juguetona del océano,
creyendo más a la existencia
que a la vida.

Y, sin proferir jamás
blasfemia alguna,
ni suspiro descontento,
con Razón o sin ella,
volver al espacio eternamente.


E.E.R. LEFEVRE DE WIRZ

.

Amor es vida,
vida es amor.
Nada me importa,
si somos dos.

Agua que corre
sobre las piedras
es cristalina,
lleva la vida.

Viva la vida,
viva el amor.
Nada me digas
sobre la lucha.

Si a dos luchamos,
entre tormentas
fuerza tendremos
para triunfar.


E.E.R. LEFEVRE DE WIRZ

Noche fresca y tranquila
murmullo del viento, rasgando el silencio.
Luces y estrellas luchando en la sombra
con unos nubarrones negros.

Pasos ligeros, lentos y fuertes.
Mis ojos se clavan en un fino velo;
que cual gasa de tul cubre a la luna,
un primaveral reverdido, ciprés insolente.

Y como un sajarí cubre la hindú,
dejando admirar sus líneas graciosas
de cerca y de lejos se siente
su bello equipaje carnal.

Y esa belleza obra de Dios,
es como todo:
Instrumento del bien,
o causa del mal.

Muchas almas que al...
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Cuando se tiene dolor
la luz en la penumbra
es dulzor.
Una esperanza
en sombrío mirar,
una caricia cósmica
de la mano
de Dios prodigiosa.


E.E.R. LEFEVRE DE WIRZ

-

El tiempo, la felicidad
y el sufrimiento,
son relativos.

Tan dificiles de explicar,
que sin verles ni oírles
y menos aún tocarles,
les sentimos.

Entonces, son un retrato
de Dios a la inversa,
o tal vez un sinónimo de El.

¿Por qué no? si en ambos
hay en común la Eternidad
y ésta es la prueba positiva,
que Dios existe y el tiempo no.


E.E.R. LEFEVRE DE WIRZ

-

¡Cállate!
Tienes miedo de comprender
que el amor
nos acerca a Dios.

No banalices con palabras
su real existencia.
Calla y escucha.

¡La vida!
Oh, milagro diario
que los hombres
no quieren ver.

Y en vez,
de sublimarse
en ella
se destruyen.



E.E.R. LEFEVRE DE WIRZ